Aquella noche de septiembre un hombre a quien solo alcanzó ver la tez oscura, seis pies de estatura y contextura física fuerte, le arrebató su inspiración por la vida. Desde hace cinco meses, el comer es fortuito y el dormir inusual.
Eran las 8:30 de la noche, cuando la joven de 18 años salía de su clase de Física Básica. Se disponía regresar a su casa y mientras caminaba escuchó el silbato de una persona e intentó agilizar su caminar. No había pasado un minuto cuando de repente sintió que le apuntaban con una pistola por la espalda.
“Me dijo: camina, no voltees, ni grites, si lo haces te voy a explotar”, relata la estudiante de medicina entre lágrimas a Diario Libre.
En el momento, no supo si correr o gritar. Solo recuerda que sintió escalofríos y que dentro de su aturdimiento accedió a lo que aquel individuo le dijo para proteger su vida.
Desde el lateral de la Facultad de Ingeniería próximo a la cancha de béisbol donde se encontraba en la sede central Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), caminó junto al desconocido hasta llegar al área oscura por donde imparten los talleres de arte y “la violó”.
“No pude verle el rostro, porque me advirtió que si lo hacía me mataba. Cuando concluyó me dijo que me dejaba viva porque yo tenía futuro y era un angelito muy lindo y se fue. Al rato me levanté, me arreglé y me fui a mi casa”, argumentó la estudiante residente en Villa Liberación, Santo Domingo Este. Su voz denota no solo la ternura de su edad sino la tristeza que siente.
Al llegar a su residencia, no comentó a su madre, ni hermanos, lo sucedido. Hizo la denuncia dos meses después cuando tuvo valor de hablar de su caso a los familiares.
“Ella entró en una crisis pero no me quería decir lo que le pasaba. Yo sabía que su comportamiento no era normal”, manifestó la madre de la joven.
Desde aquel acontecimiento, la chica dice que no ha podido regresar a la universidad pues tiene miedo de volver a enfrentar algo similar.
Ambas piden a las autoridades universitarias y policiales, investigar el caso para evitar que el sujeto continúe abusando de las estudiantes del referido campus universitario.
En 2015, se produjeron 1, 275 denuncias de violación sexual en las distintas fiscalías a nivel nacional, siendo solo 156 menos que el año anterior. Sin embargo, “las cifras negras de las personas que no denuncian es mayor que los que denuncian porque el delito de violación se relacionó a los tabús dominicanos, es una cuestión de moral”, destaca la encargada de la Unidad de Violencia de la Fiscalía del Distrito Nacional, la magistrada Nancy Abreu Mejía.